lunes, 15 de septiembre de 2008


Las princesas que creían que la vida era complicada y resultó serlo...

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Me parece extraño…
A veces mirar sin saber que es lo que veo.
Sentir sin saber lo que siento.
Extrañar un vacío aparente, después de todo ya no hay nada lejos.
Las distancias duelen más cuando son cercanas.


Había una vez dos princesas encantadas, o más bien desencantadas de la vida. Solían pasearse de aquí allá en la búsqueda de un bello príncipe azul. El problema era que cada vez que el príncipe supuestamente más bello de todo el reino llegaba ante ellas nada más no sentían que así fuera realmente. Algo anda mal con las princesas decía el reino entero deseando que alguna vez encontrasen príncipe azul que les pareciera bello.
Mientras todo el pueblo hablaba, una tarde por casualidad ambas decidieron apartarse de sus respectivos reinos, posiblemente en el bosque encontraran alguna emoción más fascinante que la luz de los castillos y los aburridos príncipes de sonrisa colgate. Lo que no se esperaban era encontrarse entre sí y parecerse mutuamente interesantes.
Ahí junto al río, la princesa del pueblo fiestero admiraba un ave pequeña que se había caído del nido. Ahí junto al río fue donde la princesa del pueblo revolucionario se encontró por primera vez con ella y admiró su largo cabello oscuro. Allí junto al río la princesa de cabello largo con una avecilla entre las manos sonrío a la encantadora princesa de los ojos bellos y se preguntó de dónde era tan encantadora ninfa.
Solamente una coincidencia, lo demás lo hicieron ellas. Tardes de verano eternas, sonrisas, deseos y de más. Era como un baile eterno del cuál no querían despertar.
Poco a poco los habitantes de los reinos se enteraron de la relación de las princesas. Ellas, considerándolo debido, anunciaron a su gente de confianza la unión que habían decidido. Uno que otro lo tomó muy bien, los demás anonadados decidieron que era mejor hacerles una vida complicada, no estaba bien que dos princesas tan encantadoras se quedaran sin su príncipe azul.
Los tiempos pasaron, a prisa como la brisa en otoño. Jamás dejaron de luchar por estar juntas pese a los problemas y el afán de todo mundo de verlas separadas. Las reinas muy enojadas por la decisión muy tonta de las princesas decidieron encerrarlas en calabozos hasta que se arrepintieran de sus actos. Así pasó una vida, o por lo menos así les pareció, entre los barrotes de una celda maltita, tratando de alcanzar, tratando de olvidar…
Muchos dicen que la presión fue más fuerte que el amor. Que poco a poco las princesas decidieron que era mejor estar lejos que tan encerradas pero nadie sabe las razones verdaderas. Incluso las princesas entre sí no saben las razones.
Cuenta la leyenda que cada una en su corazón lleva un misterio.
Que aun se ven de lejos y recuerdan.
Pero esas cosas que no se saben; esas cosas que posiblemente no se sepan queman dos corazones que se rehúsan a amar nuevamente.
Se dice que encontraron príncipes en el camino y que poco a poco lo desencantadas comenzó a notarse más hasta una noche en que una paloma blanca entró por la ventana de la princesa de los ojos bellos. Jamás dejé de amar. Y sonriendo como en muchos años no había hecho la guardó en su pecho sin saber el motivo de su felicidad. Sentía enojo por el tiempo, sentía decepción y muchas cosas más. Pero prefirió cerrar los ojos y pensar en las bellas tardes de verano junto al río. La paloma regresó al castillo de la princesa de la larga cabellera con una nota nueva que solo decía “¿por qué…?” y al leerla prometió a si misma que sería la última paloma que habría de mandar.
La respuesta quizá no fue paz. Quizá no fue una buena respuesta tampoco pero de ahí en adelante las princesas entendieron…
Todo aquello que debían entender.

Y colorín colorado, este cuento jamás ha terminado.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Maaaaa... creo que es es el primer cuento que leo de vos hermana... o mas bien... con este estilo... ^^

Me guta!!... u.u poor princesas... tendràn que crear un reino propio tal vez... ^^ me gusta tu cuento... quierote hermana... nos vemos pronto bella... au revoir!!

PD... XD amo mi voz grave para contar cuentos...
PD2... ¬¬ me debes algo que espero que en los 2 largos años que han pasado... no se te haya olvidado...

Daniel Peraza dijo...

Si las paredes hablaran, dirían que aún queda mucha historia entre esas dos princesas. El Tiempo une, pero también aleja... y sin embargo vuelve a unir, en algún momento y sin decirnos muy bien el porqué.

Lo único que queda, en el intermedio es madurar. Y para el caso, déjeme decirle que usted sí aprovecha estos huecos del tiempo.

Nos vemos este siguiente fin de semana, Mana.

Anónimo dijo...

princesas... es que cuando dos princesas se aman el cuento no es de adas es como una historia tocando levemente la realidad que les recuerda q no todos estaran ahi para proteger el final feliz, un final del q en ocasiones nos extraviamos... pero seguimos en el camino...

la kiero enorme... uhh me aburro...kiero pensar en problemas de mate en avances de practika... jajaj un mes mas como una maldicion kiza un karma... un karma por amar a princesas nooo dioss!! (imagina mi grito mortal)

lalala... como nos tengo nada que hacer seguire teclenado ... me prestas un par de libros para leer... necesito escapar de mi monotmo mundo amarillo... necesito leer mas q el periodico q son muy pokas hojas muy pokas palabras muy pokas historias...

q tal su vida?... en un vago recuerdo de mi visita relampago a la skuela... recuerdo q m presentaaste a dos personas =S

jajaja... y m gritabas... y m agarraste la mano =S y decias ligis ligis y io decia con kara de U.u no m grites no m grites... jajaj

dejare de teclear...

Anónimo dijo...

deje de teclear un momento

regrese...

uhh srta gato la kiero enormemente gigante que mucho es poko y demaciado no basta...

las extraño U_____________U

me voi a fastidiar a alguien mas...


la kierooooooooooooOOOOOOOOOOOOooooooooooooooooooooooooooooooooooOOOOOOOOOOOOOOOOooooooooooooooooooooOOOOOOOOOOOOooooooooooooooooooooooOOOOOOOOOOOOOOOOooooooooooooo.........


pd. firmeme ... lalalla

Elisa Martínez Guerrero dijo...

¬¬ princesas??

Ta bien... jojo de repente el rosa inundó mi vista...o.O

Jajaja, de veras que me gusta tu estilo =)

CU´diate!

Rasho dijo...

El tiempo pasa y uno crece, madura, aprende y comprende...
Un enojo, una gota de ira, un sujetarse a este mundo que al fin y al cabo es pasajero...

Es como cuando un ave a dejado el nido y va volando por el camino. Ya no existe esa seguridad del nido donde algún día el ave creció, sólo resta la incertidumbre del vuelo. De vez en cuando el ave suele recordar aquél nido pero algo que va más allá de ella misma le dice que no puede volver, que no será igual, que eso ya no es para ella. Y tiene razón.

Sin embargo, el sentimiento le reclama ¡Necesita seguridad! Más el ave comprende que ese sentimiento es simplemente un pequeño grito incoherente y miedoso. Así que para poder seguir su razón y lo que es correcto el ave comienza a odiar el nido, como mecanismo de seguridad, para garantizar no hacer caso a sus sentimientos genera lo contrario. ASí se justifica, así sigue su camino... para bien o para mal. Y es que el ave sabe que realmente no está enojada con el nido, simplemente no debe volver ahí pero no tiene la fuerza para afrontarlo como tal.

El problema es cuando el ave identifica el problema con un nido en específico y no con los nidos en general. En dado caso, ocupa un nido ajeno donde una cría se desarrolla resultando así peor. Impide el crecimiento de la otra cría y le enseña que no volar y estar ahí es mejor. Todo por que el ave no quiere tomar el paso decisivo de volar, no ha comprendido que nació para eso.

El ave no sabe lo que se pierde, ella simplemente tiene miedo. Si se aventara y fuera finalmente una con el viento, aprendería para lo que realmente nació.

R dijo...

un cuento de hadas para hadas

saludos