Un acercamiento a mis miedos:

Quizá todos los que me conocen bien no dudarán en responder a la pregunta “¿Cuáles son los mayores miedos de Pandora?”
Miedo a la catsup, los monos, las BOTARGAS!, la escarcha y los caballos (aunque me encantan).
Recordé una vez que alguien me dijo que parecían miedos de niña y que ya estaba muy grande para tenerle miedo a esas cosas.
La verdad es que la palabra miedo está mal empleada, pero a la larga me acostumbré a decirles así.
Ahí les va:
1. Miedo a la ¿catsup?: la catsup en realidad me da muuucho ascooo, asco hasta el borde vomitivo. Como que mis sentidos, sobre todo el olfativo, no son muy compatibles con su composición. Cuando estaba pequeña mi hermanita sabía bien como hacerme enojar. Como conocía el tremendo asco que le tengo a la catsup siempre me molestaba acercándome algo bañado en ella o diciendo que iba a llenar mi cama de catsup. Me daba mucho miedo que fuera a hacerlo y de hecho una vez lo hizo sin querer. De ahí que se me quedara decir “le tengo miedo a la catsup”, pero verdaderamente es un asco tremendo que he tenido que aprender a dominar con el tiempo.
2. Los monos, otro de mis ascos más grandes. Puedo ver a los monos de lejos y de hecho amo a los gorilas de la peli de Tarzan ouoouououo, pero si están a menos de un metro de miii me dan cosa, raroo, feoo, no me gusta, no es un animalito que me gustaría acriciar. Me dan miedo sus dientes, su capacidad de verse casi humanos y de ser salvajes a la vez. No no, no me gustan pero no tengo pesadillas con ellos, salvo una vez. Nota: una vez un mono feo en el centenario me agarró la mano y pensé que no la soltaría.
3. La botargas, me recuerdan a mis épocas de niña donde si me daban miedo. Yo sé perfectamente que debajo de esos monos feos de tela hay alguien tratándose de ganar la vida y no pienso que las botargas sean seres del espacio que vinieron a matarme ni mucho menos, pero si siento una incomodidad enorme al encontrarme con una de ellas. Se me eriza la piel y me quedo paralizada, como que es una sensación que trato de evitar y las botargas me hacen sentirla con mayor fuerza, por eso: a menor cantidad de botargas menor sensación fea jujuju. Nota: una vez un Buddy botarga me hizo pasar un súper oso en una infanti coqueteándome frente a todos. Una vez me atacó un Alce que promocionaba telcel en una plaza… que más puedo decir… no nos llevamos bien.
4. La escarcha. Todo se debe a una historia de mamá hace varios años cuando la operaron del apéndice. Su cama de recuperación estaba al lado de una joven que estaba a punto de casarse y que perdió el ojo mientras hacía sus regalitos de boda por que una escarcha se le metió. Desde eso, sinceramente como toda buena hipocondríaca, o no se que nombre darle, siento que cada vez que toco escarcha me entra algo al ojo y comienzo a tallármelo. Tampoco tengo pesadillas con la escarcha pero prefiero mantenerme lejos de ella.
5. Los caballos. Amo los caballos, he montado caballos pero no puedo evitar sentir que mi corazón late muy rápido cuando tengo uno delante, o que mismazos tiemblan cuando voy a acariciarle. Es frustrante que te guste tanto algo que trates con todas tus fuerzas de sentirte tranquila y no puedas. Ellos también lo sienten así que prefiero la distancia entre nosotros.