martes, 25 de noviembre de 2008


A veces no me gusta el camino a casa después del trabajo. Sobre todo cuando tengo los ánimos por el suelo y me pongo a pensar demás. Cuando hace frío y no hay nadie que te cubra. Cuando oscurece antes de lo pensado. O peor aún, cuando apenas va oscureciendo y puedes ver la bella tarde derritiéndose poco a poco en el horizonte. Cuando una flor en el suelo más solitaria que yo misma me hace detenerme y decir, quizás no es tan malo volver a casa caminando hoy.

1 comentario:

Abel dijo...

hola
el camino a casa puede ser muy interesante...
depende de lo que veas y cómo lo veas.
JAJA