
A veces no me gusta el camino a casa después del trabajo. Sobre todo cuando tengo los ánimos por el suelo y me pongo a pensar demás. Cuando hace frío y no hay nadie que te cubra. Cuando oscurece antes de lo pensado. O peor aún, cuando apenas va oscureciendo y puedes ver la bella tarde derritiéndose poco a poco en el horizonte. Cuando una flor en el suelo más solitaria que yo misma me hace detenerme y decir, quizás no es tan malo volver a casa caminando hoy.
1 comentario:
hola
el camino a casa puede ser muy interesante...
depende de lo que veas y cómo lo veas.
JAJA
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